El Evangelio llama bienaventurados a los limpios de corazón. La limpieza de corazón consiste en eliminar poco a poco en nosotros, a través de una larga, paciente y delicada aplicación interior, todo tipo de pensamiento inútil o extraño, hasta que el pensamiento de Dios, el hábito de la oración, vayan ocupando nuestra mente y nuestro corazón.

Esta web utiliza cookies para mejorar su experiencia de navegación. Puede consultar nuestra Política de Cookies.    Ver Política de cookies
Privacidad